sábado, 13 de febrero de 2010

Carta del Gabo

CARTA DE DESPEDIDA- (GABRIEL GARCÍA MARQUEZ)
"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida,aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. Posiblemente no diría todo lo que pienso,pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas,no por lo que valen,sino por lo que significan.
Dormiría poco,soñaria más,entiendo que por cada minuto que cierras los ojos,perderás sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen,despertaría cuando los demás duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,vestiría sencillo,me tiraría de bruces al sol,dejando descubierto,no solamente el cuerpo sino el alma.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas pero le dejaría que él sólo aprendiera a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez,sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes,los hombres...,he aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña,sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recien nacido aprieta con su pequeño dedo por primera vez,el dedo de su padre,lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,cuando ha de ayudar a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de Uds,pero realmente de mucho no habrá de servir,porque cuando me guarden dentro de esa maleta,infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir,te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que éstos son los últimos momentos que te veo,te diría te diría "Te Quiero" y no asumiría tontamente,que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien,pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda,me gustaría decirte,cuánto te quiero,que nunca te olvidaré.
El mañana no está asegurado a nadie,joven o viejo.Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.Por éso no esperes más,hazlo hoy,ya que si mañana nunca llega,seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa,un abrazo,un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti,diles al oído lo mucho que los necesitas,quiérelos y trátalos bien,toma tiempo para decirles, "lo siento","perdóname","por favor","gracias· y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.Pide al Señor la fuerza y la sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.." Gabriel Garcia Marquez

miércoles, 13 de enero de 2010

No estas deprimido estas distraido

No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla, distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay 6000 millones. Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco…… algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90, sólo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas: la vida te libera de cosas… te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.

Quien podría decir que Jesus está muerto, no hay muerte, hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesus, amarás al prójimo como a tí mismo. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó matar a seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)…y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. El servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena ¿verdad?.

Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en el, si tuviera cartera tu foto estaría en ella, él te manda fotos cada primavera, él te manda un amanecer cada mañana, cada vez que tu quieres hablar, él te escucha, él puede vivir en cualquier parte del universo pero él escogió tu corazón. Enfréntalo amigo, él esta loco por tí.

Dios no te prometió días sin dolor, risas sin tristeza, sol sin lluvia, pero él si prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.

“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones por las cuales sonreír”.

FACUNDO CABRAL

¿2012? No es el fin del mundo

Habla el astrónomo vaticano Guy Consolmagno
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 8 enero 2010 (ZENIT.org).- ¿Tendremos el mismo fin que los dinosaurios? Quizá sí. Pero tranquilos, no en 2012. Por tanto no hay que dar ningún crédito a “pronósticos improbables” o “previsiones” del futuro ya estigmatizadas por Benedicto XVI. La tranquilización llega del hermano Guy Consolmagno, astrónomo del Observatorio Vaticano.
Este jesuíta estadounidense –informaba este miércoles el diario vaticano L’Osservatore Romano – une al rigor del investigador un agudo sentido de la noticia y la fe sólida de los discípulos de Ignacio de Loyola.
¿Qué puede decir la astronomía sobre la estrella que hace dos mil años guió a los magos y a los pastores a la gruta de Belén? “En verdad –responde el astrónomo- no sabemos lo que vieron los pastores o los magos en el cielo. Los Evangelios están más interesados en contarnos sobre Jesús que en enseñarnos astronomía. Quizá fue un acontecimiento totalmente milagroso, sin parangón en la astronomía común; o quizá son narraciones que quieren representar y subrayar el evento de la Encarnación que ha sacudido al universo. O se verificó algún raro hecho astronómico que coincidió divinamente con el nacimiento de Jesús”.
Sobre la posibilidad de que alguien avistara el cometa, el hermano Guy subraya que “los pastores eran personas sencillas que conocían las estrellas sólo porque las veían en el cielo pero no estaban interesados en calcular sus movimientos”.
Por el contrario, “se puede presumir que los magos fueran astrónomos y tuvieran la capacidad de calcular y prever las posiciones de los planetas. Sin embargo, en cuanto estudiosos de su época, pensaban que los movimientos planetarios estaban de algún modo relacionados con los eventos humanos, lo que les convertía también en astrólogos. Ciertamente, los pastores podrían no haber visto en el cielo las mismas cosas que los sabios. Las Escrituras judías prohibían, de modo categórico, cualquier intento de predecir la fortuna mediante la astrología. Y esto podría por tanto también explicar por qué la estrella, fuera lo que fuera, no fue ‘interpretada’ en Jerusalén como el nacimiento de un rey”.
En este sentido, hay quien periódicamente propone mover las manecillas del reloj y “volver a poner” la hora exacta de Navidad. “Los estudiosos modernos –comenta el astrónomo vaticano- reconocen que es ligeramente errada la numeración de los años a partir del nacimiento de Jesús hecha por Dionisio el Menor, en el siglo VI. Basándonos en los Evangelios, podemos situar la Navidad algunos años antes del año 4 antes de la era cristiana, fecha considerada coincidente con la muerte del rey Herodes. Igualmente, la referencia a los pastores que cuidan el ganado al aire libre de noche implica que esta hubiera podido acontecer en primavera. No podemos estar seguros de otra cosa”.
¿Por tanto, todos los fenómenos verificados en aquél periodo podrían ser la estrella de Belén? “Según algunas hipótesis –responde el hermano Guy- se trató de un cometa, una nova o una supernova, o una conjunción de planetas especialmente luminosa. En nuestros registros del periodo coincidente con el nacimiento de Jesús no ha surgido un dato unívoco; pero estos no son totalmente exhaustivos y hay otros indicios anotados por astrónomos chinos que podrían tomarse en consideración. Hay diversas posibles conjunciones de los planetas Saturno y Júpiter o de este con la estrella Regulus, pero no son tan insólitas y es difícil considerarlas un evento tal como para atraer a astrólogos de Oriente”.
En cuanto a otras posibles teorías, el astrónomo vaticano señala que existe “la del astrónomo Michael Molnar, que sugiere que la “estrella de Oriente” podría ser una conjunción de planetas que surgen con el sol, una denominada salida heliaca. Subraya que el 17 de abril del año 6 antes de la era cristiana, los planetas Venus, Saturno, Júpiter y la Luna surgieron todos poco antes del sol, alcanzados enseguida por Marte y Mercurio, en el centro de la constelación de Aries. Molnar conjetura que esto podría haber implicado para los expertos del tiempo el nacimiento de un rey, de alguna parte cercana a Siria. En tal caso, de todos modos, no se habrían verdaderamente visto los planetas, pero sólo un astrólogo muy capaz habría podido calcular las posiciones y extraer un significado. No hay consenso entre astrónomos o historiadores. Cada teoría tiene fervientes seguidores y opositores. No sabremos nunca la verdad con certeza. Y esto es lo bello”.
Entonces, viene en nuestro auxilio la fe. “El mensaje profundo de la historia de los magos –asegura el astrónomo- es que el nacimiento de Jesús tuvo un significado cósmico. Por medio de su Encarnación, Dios no sólo redime las almas humanas sino –como dice san Atanasio- ‘purifica y revigoriza’ toda la creación. Podemos ser conducidos a Dios por el estudio de la creación. Por tanto, la empresa misma de un científico, que busca la verdad en el mundo físico, es una tarea sagrada y santa”.
“Fides et Ratio”, fe y razón. ¿Qué relación tiene un teólogo como Benedicto XVI con la astronomía? “Todos los pontífices más recientes –explica el hermano Guy- han apoyado nuestra obra en el Observatorio, pero el apoyo del Papa Ratzinger ha sido especial. En su discurso en el Angelus del 21 de diciembre de 2008, fue el primer líder mundial en reconocer y saludar el Año Internacional de la Astronomía. En la homilía de la Epifanía de 2009, hizo una nueva alusión. El siguiente 30 de octubre nos honró dirigiendo un discurso a un encuentro internacional de astrónomos”. La prueba más concreta del interes del Papa fue su visita a la nueva sede del Observatorio Vaticano, el 16 de septiembre pasado.
¿Qué nos puede decir de los presagios sobre el fin del mundo? “Los hombres –responde- predicen el fin del mundo desde los albores de la humanidad. Hasta ahora, ninguna de estas teorías se ha revelado verdadera. No hay ningún motivo para creer que lo sean las relativas al 2012. Pero mientras es fácil reírse de estos miedos tontos, hay un mal más serio detrás de ellas: estas creencias proliferan porque todos estamos tentados por el deseo de poseer un ‘conocimiento secreto’ del futuro, como si esto nos hiciera más potentes que los demás. En realidad esta es sólo una señal de mala ciencia o mala religión”.
¿Pero la astronomía puede prever el futuro sin degenerar en astrología? “Diría que sí pero sólo en el sentido de que la observación de los fenómenos celestes permite conjeturar posibles catástrofes de las que deberíamos ser conscientes. Del resto, cometas y asteroides golpean continuamente a la Tierra. En su mayor parte, son pequeños cuerpos que pasan inadvertidos, pero un gran evento como el que se dio en 1908 en Siberia, cerca de Tunguska, causando una explosión similar a la de una bomba atómica, puede suceder una vez cada cien años”.
Por tanto por esa ley, podría darse pronto uno de estos impactos. “Hasta ahora –tranquiliza el experto- los impactos se han dado en los océanos o en tierras deshabitadas, pero antes o después uno de estos cuerpos golpeará un área densamente poblada. Por una parte, los impactos más comunes son los más pequeños, pero por otra están también aquellos más difíciles de detectar antes de que se produzcan. Un impacto de la entidad del que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años probablemente sucede sólo una vez cada cien millones de años”.
Quizá antes de preocuparnos de amenazas externas, haríamos bien en pensar en conservar nuestro planeta. “Seguramente –asiente el astrónomo--, pero el discurso es complejo. A medida que las áreas urbanas se hacen más pobladas, dependemos cada vez más de la tecnología para sobrevivir. Los sistemas hídricos y los de tratamientos de aguas, la electricidad, el transporte público son todos necesarios para mantenernos calientes, alimentados y en salud. En definitiva, dependemos los unos de los otros. No podemos vivir egoístamente porque, de hecho, somos custodios de nuestros hermanos”.
El mismo Benedicto XVI ha dedicado la reciente Jornada Mundial de la Paz al tema “Si quieres la paz, custodia la creación”. “El Papa es consciente de que podemos causar o impedir desastres ambientales según el modo en el que tratamos a la Tierra. Lamentablemente, el tema del calentamiento global ha sido politizado y demasiados asumen posiciones extremas o basadas en motivaciones que prescinden de la ciencia. Es verdad que además de la actividad humana muchos factores pueden causar el calentamiento global pero los únicos que podemos controlar son aquellos que dependen de nosotros. Por esto no debemos abandonar el camino emprendido para reducir la emisión de óxido de carbono en la atmósfera”.
Traducción
Por Nieves San Martín

Tomado del ZENIT